sábado, 1 de marzo de 2014

SOFONÍAS. ÍNDICE.

SOFONÍAS. CAPÍTULO 3.



Juicio de Jerusalén
3 1¡Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora!
2No obedeció ni escarmentó,
no confiaba en el Señor
ni acudía a su Dios;
3sus príncipes en ella eran leones rugiendo;
sus jueces, lobos a la tarde,
sin comer desde la mañana;
4sus profetas, unos fanfarrones,
hombres desleales;
sus sacerdotes profanaban lo sacro,
violentaban la ley.
5En ella está el Señor justo,
que no comete injusticia;
cada mañana dicta sentencia,
al alba sin falta;
pero el criminal no reconoce su culpa.
6Aniquilé naciones, derruí sus almenas,
llené de escombros sus calles
para que nadie transitara,
arrasé sus ciudades
para que nadie las habitase,
7pensando: «Quizá escarmiente y me tema,
y no perezca su morada
cuando yo le tome cuenta»;
pero ellos madrugaban
para pervertir sus acciones.
8Pues esperen -oráculo del Señor-
a que yo me levante a acusar.
porque yo suelo reunir a los pueblos.
juntar a los reyes.
para derramar sobre ellos mi furor.
el incendio de mi ira;
en el fuego de mi celo
se consumirá la tierra entera. 

Restauración 

9Entonces purificaré los labios de los pueblos
para que invoquen todos el nombre del Señor
y le sirvan de común acuerdo;
10desde allende los ríos de Etiopía.
de la dispersión.
los que me rezan me traerán ofrendas.
11 Aquel día no tendrás que avergonzarte
de las acciones con que me ofendiste.
porque extirparé tus soberbias bravatas
y no volverás a insolentarte
en mi monte santo.
12Dejaré en ti un pueblo pobre y humilde.
13un resto de Israel que se acogerá al Señor.
que no cometerá crímenes ni dirá mentiras
ni tendrá en la boca una lengua embustera.
Pastarán y se tenderán sin que nadie los espante
14¡Grita, ciudad de Sión; lanza vítores. Israel;
festéjalo exultante. Jerusalén capital!
15Que el Señor ha expulsado a los tiranos.
ha echado a tus enemigos;
el Señor dentro de ti es el rey de Israel
y ya no temerás nada malo.
16Aquel día dirán a Jerusalén:
No temas, Sión, no te acobardes;
17el Señor, tu Dios, es dentro de ti
un soldado victorioso
que goza y se alegra contigo, renovando su amor,
18se llena de júbilo por ti,
como en día de fiesta.
Apartaré de ti la desgracia
y el oprobio que pesa sobre ti;
19entonces yo mismo
trataré con tus opresores,
salvaré a los inválidos, reuniré a los dispersos,
les daré fama y renombre en la tierra
donde ahora los desprecian.
20Entonces os traeré, y cuando os haya reunido,
os daré ama y renombre
en todos los pueblos del mundo,
cambiando vuestra suerte ante sus ojos
-lo ha dicho el Señor-. 

Explicación.

3,1 La amenaza contra Jerusalén se introduce con un paralelismo irónico: como hay una ciudad "alegre y confiada", Nínive, así hay una "rebelde" contra el Señor, "manchada" con prácticas cúlticas, y "opresora" del prójimo. 

3,2 Su delito tiene agravantes: "no escuchó" al Señor ni a los profetas, "no escarmentó" con el castigo de otros pueblos; "no confiaba" en su Dios, sino en potencias extranjeras. 

3,3-4 Las clases dirigentes están corrompidas. Los gobernantes -no menciona al rey- son violentos y prepotentes, lanzan como amenaza el rugido del poder para amedrentar, en vez de apacentar. Los magistrados son voraces y codiciosos; como animales que no han comido desde la mañana y por la tarde están ciegos de hambre (Sal 59,15s); algunos autores traducen "estepa" en vez de "tarde". Los profetas: con una llamativa aliteración se burla de su título antiguo "videntes". Los sacerdotes estaban llamados a distinguir y separar lo sacro de lo profano, interpretando la ley. 

3,3 Sal 59,15. 

3,5 En medio de la ciudad tiene el Señor su palacio, el templo, allí administra justicia. Abre temprano su despacho (Jr 21,11), no llega tarde ni lo deserta, juzga con toda rectitud (Sal 7,12). Podía servir de ejemplo para los jefes y de instancia que los acusaba; pero ellos se resistían contumaces. 

En contexto judicial la "vergüenza" es la confesión del reo convicto (Esd 9,6; Neh 9,7). 

3,6 Administraba justicia también en el ámbito internacional, castigando a naciones agresoras (cfr. Am 1-2). Si alcanzaba a pueblos distantes, ¿no va a alcanzar su justicia a Jerusalén? Este principio ilumina la lista de 2,4,15. 

3,7 Si Dios era puntual y mañanero para administrar justicia, los judíos eran madrugadores para pervertir su conducta. 

3,8 Este verso es recapitulación: "reunir" es el mismo verbo de "acabar con" de 1.2s; el día 1.7.14; el incendio de la ira de 2.2; el verso final repite 1.18b. El autor engloba a Jerusalén en una sentencia común y universal que se ha desarrollado hasta aquí. Pero no es ésta la última palabra. 

3,9-20 La última palabra como en otros libros proféticos es un oráculo de restauración. Considero adición 18b-20 como explicaré más abajo. El amplio oráculo queda bien ensamblado en el libro y sujeto por una serie de repeticiones verbales con cambios pertinentes. P. ej. los nubios pasados a espada en 2.12. rindiendo homenaje en 3.10; la confesión que rehúsa el malvado en 3.5 no le hace falta al purificado en 3.11; el alarido de 1.16. los vítores de 3.14; el Señor en medio de ti. 1.3.5 y 3.15; que me tema 3.7, no temas. 3.16 etc. Ha sucedido una transformación. 

Gobiernan el cuadro una serie de oposiciones y correlaciones: otros pueblos y Jerusalén. conducta pasada y futura. El oráculo se divide en dos secciones: la primera dedicada a la gran purificación, la segunda a la promesa gozosa de amor: 9-13 y 14-18a. El centro no es el monte santo en su materialidad, sino el nombre del Señor invocado por los paganos, refugio del pueblo humilde. 

3,9-10 Por la reunión de dispersos y la transformación de la lengua, estos versos evocan la dispersión de la torre de Babel. Hacen falta labios purificados para invocar el nombre del verdadero Dios. La traída de ofrendas o tributo es acto de vasallaje. "De común acuerdo", a la letra "con una espalda" supone una pacificación semejante a la de Is 2.2-5. 

3,11 Si la "vergüenza" es la confesión del reo convicto. Jerusalén no tendrá que repetirla, porque el Señor ha transformado eficazmente a la capital; la ha despojado de sus delitos precedentes. "Se gloriaba de su monte santo". es decir. lo alegaba como mérito y defensa (cfr. Jr 7.1-15). 

3,12-13 El pueblo nuevo es el interpelado en 23. La elección es una selección. Nada de bravatas, antes humildad y acogerse al Señor. Protegido directamente por el Señor, el rebaño humilde podrá vivir en paz. Es el pueblo elegido del futuro. Este verso es capital. 

3,14-18a La voz profética se dirige con cariño a la doncella-matrona Jerusalén, en unos versos que hacen pareja con Os 2; Is 49; 54; 62. Los sinónimos de gozo y alegría se acumulan, algunos se duplican. La alegría no brota de bienes materiales, sino de la relación personal del amor. Si el Señor se alegra con ella (Is 62.5), ella no tiene que temer, ha de estar alegre. El Señor elimina a unos rivales para quedarse él solo como rey, como soldado, como marido amante. Vuelve el amor antiguo y el gozo de un matrimonio renovado, y se celebra fiesta. Todo lo hará el Señor: expulsará, echará, renovará; a ella la invitan sólo a alegrarse y no temer. 

3,15 "Tiranos": pueden ser extranjeros o internos (cfr. Is 1.21-26). No piensa en un descendiente de David. 

3,17 El reyes soldado que sale a defender a su pueblo: Sal 45; Is 9,5; 10,21.

3,18b-20 Cambia la persona que habla, cosa no grave; cambia la tonalidad, que se podría justificar por un cambio de tema; cambia la perspectiva, que significa una vuelta atrás. Si estos versos se debieran a un lector posterior que echaba de menos el retorno de la diáspora, se explicaría fácilmente. “Ante vuestros ojos” puede ser notación temporal: durante vuestra vida. Intento de precisar algo el cumplimiento, confirmando la esperanza.

SOFONÍAS. CAPÍTULO 2.



2 1 ¡Amontonaos bien, pueblo despreciable!,
2antes que os arrebaten como tamo volandero,
antes que os alcance el incendio de la ira del Señor,
antes que os alcance el día de la ira del Señor.
3Buscad al Señor, los humildes
que cumplís sus mandatos:
buscad la justicia, buscad la humildad,
para tener un refugio el día de la ira del Señor. 

Contra las naciones (Am 1,3-2,3) 

4Gaza quedará abandonada; Ascalón, devastada;
Asdod, repudiada al mediodía;
Acrón, arrancada.
5¡Ay de los que habitan en la costa,
pueblo cretense!
-la palabra del Señor va por vosotros-:
Canaán, tierra filistea,
te dejaré totalmente despoblada,
6el litoral se convertirá en dehesas,
lote del resto de los judíos,
7prados de pastores, rediles de ovejas,
que pastarán allí y al atardecer
se recogerán en las casas de Ascalón,
cuando el Señor, su Dios, los visite
para cambiar su suerte.
8He oído las injurias de Moab,
los insultos de los amonitas:
injuriaban a mi pueblo; invadían su territorio;
9pues ¡juro por mi vida!
-oráculo del Señor de los ejércitos,
Dios de Israel-,
Moab será como Sodoma, Amón como Gomorra:
campo de ortigas,
mina de sal, desierto perenne.
(El resto de mi pueblo los saqueará,
sus supervivientes serán sus dueños).
10Ésa será la paga de su arrogancia,
de sus insultos despectivos,
contra el pueblo del Señor de los ejércitos;
11 terrible se les mostrará el Señor
cuando deje macilentos
a todos los dioses de la tierra;
entonces le rendirán homenaje
desde sus puestos las islas de los paganos.
12También vosotros, nubios,
caeréis atravesados por mi espada.
13Extenderá su mano hacia el norte
y exterminará a Asiria,
dejará a Nínive desolada,
hecha un erial, un desierto:
14en su recinto se tenderán
manadas de fieras de toda especie,
lechuzas y erizos pernoctan en los capiteles,
resuena su canto en las ventanas,
el umbral queda destrozado,
las maderas de cedro desnudas.
15Ésta es la ciudad bullanguera que vivía confiada,
que pensaba: «Yo y nadie más»,
quedó reducida a escombros,
a madriguera de fieras;
los que pasan junto a ella
silban y agitan la mano.

Explicación.

2,1-3 En una especie de peroración se dirige a dos grupos opuestos: uno es el "pueblo despreciable", otro "los humildes". 

El primero entra con dos verbos de significado muy dudoso. Hemos traducido el primero como derivado de "paja", "reunir", y el segundo como derivado de "plata", "apreciar". Dos veces se les invita "antes que". Puede ser una invitación a convertirse in extremis, o bien a disfrutar lo poco que les queda. La primera sería generosa, la segunda, irónica. Parece preferible la primera interpretación. 

Los "pobres" son invitados a "buscar" al Señor: no a ídolos ni a potencias humanas. El día fatídico tendrán un refugio, formarán una excepción en el juicio universal: como Noé, "justo y honrado" (Gn 6,85), que se salvó en el arca con su familia (cfr. Is 26,20s). 

2,4-15 Después del colosal e impresionante juicio universal asistimos a un oráculo de conjunto contra cinco naciones, más o menos en 105 cuatro puntos cardinales. Terminada la ronda, le tocará la suerte a Jerusalén: tal es la sorpresa sarcástica. El autor utiliza el recurso de la paronomasia, patente o sumergida. Dos versos de restauración (7c y 9c) di suenan en el contexto y parecen glosas de anticipo o de enlace. 

2,4-5 En la pentápolis filistea falta Gat: ¿incorporada entonces a Judá? Sólo Gaza y Acrón llevan una paronomasia patente. Otras paronomasias fáciles no están explotadas. La tradición hebrea suponía que los filisteos procedían de Creta. 

2,7 La frase final emplea primero un verso típico de la liberación de Egipto, "visitar, ocuparse de" (Ex 3,16; 4,31), y después una expresión clásica de restauración: Jr 30-33; 48,47; 49,6.39. Probablemente es glosa. 

2,8 Es costumbre hermanar a Moab con Amón por razones geográficas, históricas y de leyendas genealógicas . Según Gn 19 sus antepasados son fruto de un doble incesto, consumado junto a Sodoma cuando la destrucción de las ciudades. 

2,9 El castigo amenazado actualiza el recuerdo: 105 que se libraron entonces, no se librarán esta vez. El último verso no hace sentido después de una destrucción total; parece adición. 

2,11 Retorna a una visión universal, a nivel de lucha de dioses. El tema se ha de comprender colocado en el contexto de textos parecidos: Ex 12,12 105 dioses de Egipto; Sal 29; 82; 96,5; 97,7. El verbo empleado raza es raro, conjura una visión física, material de dioses obesos: véanse Is 10,16 el emperador, 17,4; Ez 34,20.
Derrocados o desvirtuados los demás dioses, todo el mundo rinde homenaje al Señor; pero sin una peregrinación a Jerusalén. El gesto de vasallaje no significa por sí la fe plena: compárese con Sal 102,23. 

2,12 Los nubios están ahí para llenar el puesto del sur o quizá sustituyendo a Egipto. 

2,13-15 Asiria era todavía, en la primera época de Josías, una potencia amenazadora, aunque amenazada, y su capital era modelo de imperialismo agresor. Sofonías se adelanta a los sucesos del año 612. Abandonada de los hombres, la ciudad es ocupada por fieras de diversa especie: Is 13,21s; 34,13-15. La ferocidad de Asiria cederá el puesto a animales salvajes. 

2,14-15 A pesar de algunos términos dudosos, nos ofrece una visión impresionista: capiteles, una ventana como percha de aves, escombros obstruyendo una puerta, vigas de cedro asomando. El canto destemplado de unas aves y el silbido de raros transeúntes es todo lo que se escucha de la ciudad ufana y soberbia.

SOFONÍAS. CAPÍTULO 1.



1 1Palabras del Señor que recibió Sofonías, hijo de Cusí, de Godolías, de Azarías, de Ezequías,
durante el reinado de Josías, hijo de Amón, en Judá. 

Destrucción 

2Acabaré con todo en la superficie de la tierra
-oráculo del Señor-:
3acabaré con hombres y animales,
acabaré con las aves del cielo
y los peces del mar,
(con los escándalos y los malvados);
extirparé a los hombres de la superficie de la tierra
-oráculo del Señor-.
4Extenderé mi mano contra Judá
y contra todos los vecinos de Jerusalén,
extirparé de este lugar lo que queda de Baal
y el nombre de sus sacerdotes y su clero,
5a los que adoran en las azoteas
el ejército del cielo,
a los que adorando al Señor y jurando por él,
juran también por Moloc,
6a los que apostatan del Señor,
a los que no lo buscan ni lo consultan. 

«Dies irae» (Ez 7) 

7¡Silencio en presencia del Señor!,
que se acerca el día del Señor.
El Señor ha preparado un banquete
y ha purificado a sus invitados.
8EI día del banquete del Señor
tomaré cuentas a nobles y príncipes reales
y a cuantos visten a la moda extranjera;
9a los que escalan la terraza del templo -ese día-,
a los que llenan de engaños
y violencias la casa de su Señor.
10Aquel día -oráculo del Señor-
se oirá gritar en la Puerta del Pescado,
gemir en el Barrio Nuevo
y lamentarse en las colinas:
11¡Gemid, vecinos del Mortero!
Que se acabaron los mercaderes,
desaparecieron los cambistas.
12Entonces registraré a Jerusalén con linternas,
para pedir cuentas a los aletargados
con vinos generosos,
a los que piensan:
«Dios no actúa ni bien ni mal»;
13sus riquezas serán saqueadas,
sus casas derribadas,
las casas que construyan no las habitarán,
de las viñas que planten no beberán vino.
14¡Se acerca el día grande del Señor!
Se acerca con gran rapidez:
el día del Señor es más ágil
que un fugitivo, más veloz que un soldado.
15Ese día será un día de cólera,
día de angustia y aflicción,
día de destrucción y desolación,
día de oscuridad y tinieblas,
día de nubes y nubarrones,
día de trompeta y alaridos,
16contra las plazas fuertes,
contra las altas almenas.
17Acosaré a los hombres,
para que anden ciegos,
porque pecaron contra el Señor;
su sangre se derramará como polvo,
sus entrañas como estiércol,
18ni su plata ni su oro podrán librarlos,
el día de la cólera del Señor,
cuando el fuego de su celo
consuma la tierra entera,
cuando acabe atrozmente
con todos los habitantes de la tierra. 

Explicación.

1 ,1 Llama la atención la serie de apellidos: ¿quería el editor hacerlo descendiente del rey Ezequías? -Pero el nombre es corriente. ¿Quería contrarrestar con tres nombres yavistas el apellido Cusí, que significa nubio? -Pero Sofonías es nombre yavista. 

1,2-6 Comienza ex abrupto haciendo más sorprendente el enunciado trágico universal: la tierra, que "no creó vacía" (Is 45,18), ahora se propone vaciarla, volver al tercer día de la creación (Gn 1). Y en medio de la destrucción universal le llegará su destino a Judá y Jerusalén. El poeta emplea como procedimiento la repetición anafórica y la enumeración. Pero es extraño que en Judá y Jerusalén la aniquilación sea selectiva: solamente los idólatras, sincretistas y apóstatas. 

¿Habrá que leer el comienzo como hipérbole? Otra explicación es escuchar la amenaza como un nuevo diluvio universal, del que se salvan los fieles yavistas en el arca de Jerusalén: los destinados a comenzar una nueva era. En el relato actual del diluvio encontramos el verbo 'asap (6,21); la "superficie de la tierra" (6,1.7; 7,4.23; 8,8), "hombres y animales" (6,7; 7,23). Una glosa añade aquí y precisa: "escándalos y malvados". 

1,4 Del horizonte universal, que Dios abarca (Sal 139,9-10), su mano se dirige certera a un punto escogido. "Lo que queda de Baal", es decir, de su culto, favorecido por Manasés y no extirpado por Amón. Josías luchará contra él. El "nombre de los sacerdotes": en sentido propio viene a decir que quedarán sin descendencia que perpetúe el apellido; en sentido de título, significa que perderán el cargo (cosa que hizo Josías). 

1,5 Lo primero es el culto astral (Dt 4,19). Lo segundo es sincretismo, pues jurar por una divinidad es reconocerla y venerarla. 

1,6 Actitudes radicales respecto al Señor son apostatar y desentenderse. El verbo buscar reaparecerá significativamente en 2,3. 

1,7-2,3 En estos versos recurre catorce (o quince) veces la palabra "día", armonizada con otros términos temporales. También se repite catorce veces el nombre del Señor. Será un "día del Señor", está cerca, y será un día de ira, "dies irae". Expresión que ha hecho famoso a Sofonías en la liturgia y en la música. 

1,7 La voz de un heraldo impone silencio (cfr. Hab 2,20), para anunciar y describir el día. Hay que prepararse a recibirlo; los versos finales dirán cómo. La primera imagen es de una ironía trágica: el Señor ha preparado un banquete sagrado, tiene escogidos y preparados a los invitados: ¿quiénes son?, ¿en qué función? Banquete es la misma palabra que matanza, y purificados o consagrados pueden ser las víctimas. 

1,8-9 Será el día de tomar y rendir cuentas. Vestir a la moda extranjera implicaba aceptar costumbres exóticas, quizá gastos excesivos. Escalar la terraza del templo era quizá un rito supersticioso. No sabemos si "señores" designa con plural mayestático la divinidad o a los amos.

1,10-11 Describe la reacción de los vecinos ante la desgracia: no lloran sus pecados, sino el fin de los negocios. Los "cambistas" eran "pesadores de plata", porque el dinero todavía no se acuñaba. 

1,12 Toma Dios la palabra y entra en escena otro grupo de reos: los borrachos incapaces de comprender (Is 5,12; 28,7s). No niegan a Dios, niegan su acción en la historia: Sal 94,7. 

1,13 Introduce el castigo según el esquema de las maldiciones: trabajar sin fruto o para que lo disfruten otros: Dt 28,31.33.38-42. Así muestra Dios que actúa para el bien y para el mal. 

1,14 Segundo desarrollo, que caracteriza con adjetivos el día del Señor. Se presenta personificado, como un campeón de velocidad empeñado en llegar a tiempo, antes de que se le escape la presa. Las cualidades primarias del soldado eran valor y agilidad: Sal 18,33-35. 

1,15-16 Canta el día con efectos de acumulación y concentración. Siete veces suena la palabra "día". De ella cuelgan cinco binas de trazos correlativos: desolación externa y angustia interior, lo visual y lo auditivo, la tiniebla cósmica y el clamor bélico que atraviesa la oscuridad. Día "de ira": no tanto sentimiento o pasión, cuanto acción judicial. Equivale a "día de condena". Los antiguos comentaristas lo aplicaron primero a la destrucción de Jerusalén por los babilonios, después por los romanos, más tarde al juicio final. Con la última aplicación inspira el himno medieval Dies irae. 

1,17 "Ciegos" por el pánico. El motivo parece glosa. En algunos sacrificios la sangre se derramaba en honor del Señor y se le reservaban varias vísceras (Lv 3); la sangre y vísceras del presente banquete trágico (1,7) no tienen valor, se desechan como polvo o basura. 

1,18 El juez no se deja sobornar, la parte ofendida no admite composición. Sucede la conflagración universal del principio.